Monday, September 24, 2007

Hoy vi una nube con forma de dinosaurio rex

"El mundo es más o menos extenso de acuerdo al interés que uno tenga en las cosas"
(profesor de filosofía, en plena clase de filosofía)

La clase no está muy interesante, de verdad que no. Intento pero no puedo. Escucho al profesor decir esta frase y me angustio...¿será mi mundo un pequeño mundo? ... no sé, no puedo saberlo... Miro para afuera y veo algo interesante, de verdad que es interesante. Pasa el cielo, y la única nube gris que tapa al sol tiene cara de dinosaurio. Es un rex, de esos que comían carne, verdura, fruta, lo que venga. Me pregunto si debería tener miedo. Si su boca nubosa se comió al sol, y si la única fuente de energía solar que tenía el planeta ahora se empieza a teñir de estómago.

El rex me mira. No sé si alguien más lo está mirando. Tal vez alguno recree con su ojo un teletubbie, y quién sabe si en su boca no se esconde uno de esos ositos gomosos de todos colores que venían en paquetitos de plástico y se comían sin sentido. Hay de todo. En serio que en el cielo hay de todo. No sé si Dios lo hace apropósito con un fin más teatral, o si el ser humano tiene esa imperiosa necesidad de encontrarle una forma a todo, hasta algo que está en el cielo y que en Ciencias Naturales siempre me explicaron pero nunca entendí muy bien. Bueno, sí, lo de la evaporación del agua, el estado gaseoso, y eso…pero de ahí a ver un algodón enorme volando por el cielo, hay un largo camino.

El rex se va deformando. El rex se cansó de ser rex. Y qué bueno, pienso. Qué bueno ser nube y pasar de rex a ser un auto, de auto a perro, y de perro a teta caída. Y si una mañana te levantaste sin ganas de ser algo, que lo puedas hacer. Hoy sos nube, punto, no pidas más, sé feliz. Y la verdad que lo es, se nota. Se le nota en la cara, las mil caras que lleva en su hombro. Mientras vuela y se deforma sigue siendo así, una verdadera nube. El problema es cuando se aquieta. Como un gordo que come televisión con pizza y cerveza, la nube se achancha en un lugar, en un punto cardinal del mapa. Su forma de deforma en una forma sin forma. La nube es nube, pero gris. Perdió el blanco, la gracia, el movimiento, la acción. Ahora no me sigue en el auto, ni siquiera cuando voy caminando. Está ahí, en un gris ennegrecido por la bronca, la bronca de ser o no ser, de ser el artífice de un ojo humano y un chiste de Dios. Qué bronca, por favor. Y pensar que quería ser nube. Así no, tan gris no por favor, no lo merezco, pienso, mientras la nube gris llora y extraña ser un rex, un auto, un perro, o una teta caída.

Tuesday, September 04, 2007

"Todo sigue igual de bien", Pity Álvarez

Le dio gracias al destino y sonrió. El árbol, la antigua mesita de ajedrez, el flequillo que interrumpía su partido de fútbol, la carpa de sábanas, las siestas rodeadas de biberones, la ansiosa carrera por reservar el asiento delantero del auto, el pan con salsa golf. Quién iba a pensar que unos centímetros verticales recordarían la vida. Quién hubiese imaginado tener en la mano un grabador -ese mismo que grababa con picardía conversaciones ajenas, ese mismo que programaba radios caseras sin sentido-, para salir y buscar algo que decir.
Las caras, las mismas caras de siempre. Su afán por transformarlas y provocar una risa. Su sueño de inundar una casa y nadar desde el cuarto a la cocina. El miedo a la oscuridad y los pasillos. Los libros de dinosaurios y la boludez de la paleontología. Las mudanzas y no entender nada. El condenado uso del inglés y los cachetes sonrojados por su ignorancia. Los chizitos con coca dentro de la carpa de sábanas. Sus deseos de vivir ahí por unos días. Quizá para llamar la atención, quizá por aburrimiento, por capricho. Un tiempo sin tiempo ni espacio. Risas. Llantos. Risas. Una remera llena de mocos y unas rodillas con frutillas caídas desde el cielo. Un reloj sin prisa y unos papeles de recuerdo que pocas veces reconoce. Sin tanta memoria a largo plazo. A veces olvida. Otras recuerda. Mejor quedarse con lo justo. Con la nostalgia de una ingenuidad más inquieta. Los que, porqué, para qué, cómo y cuándo de la existencia terrícola. Mejor volver a eso y reír. Mejor volver a las caras, las mismas caras de siempre y su afán por transformarlas y provocar una risa. Mejor volver al antiguo grabador que no pierde esa capacidad de juego. Mejor volver a todo eso y reír. Volver todos los días, sin notar el cambio, ese que no existe, no existió. Ya lo ve, mucho sigue igual…menos mal. Amén.